martes, 30 de octubre de 2007

Instrumentos del jazz: el saxo (Tercera Parte)


El arranque del saxofón en el jazz fue lento, porque el contrapunto de trompeta, trombón y clarinete —la San­tísima Trinidad de la música de Nueva Orleans— estaba cómodamente insta­lado y no dejaba hueco para que una cuarta voz, que además era más suave, pudiera adentrarse en tráfico tan den­so. Es cierto que en ocasiones se em­pleaban saxos para robustecer los soni­dos de conjunto, pero —por lo que sabemos— no hubo solistas ni improvi­saciones de saxo hasta que Sidney Bechet (1897-1959) asombró a los oyentes con su saxofón soprano cuando se pre­sentó en Europa en 1920 con la Sout­hern Syncopated Orchestra de Will Ma­rión Cook. Pero ni siquiera éste fue un caso típico, ya que los Southern Syneo-pators no eran en absoluto una banda de Nueva Orleans, y el propio Bechet tocaba el soprano con la fuerza de una trompeta.
Sólo a finales de los veinte encontra­mos a los saxofones hablando con voz genuinamente jazzística. Bud Freeman (n. 1906) desarrolló al tenor un sonido fuerte y rasposo, con vibrato ondulan­te, y consiguió encontrar un camino para él en el espeso sonido de conjun­to de la llamada escuela de Chicago. Johnny Hodges (1907-1970), influen­ciado al principio por Bechet, creó al saxo alto un sonido fluido y ágil, aun­que también de gran fortaleza. Pero el primer gran paso hacia la supremacía definitiva del saxofón llegó con Coleman Hawkins (1901-1969), que dotó al tenor de una voz riquísima, a la que aunaba un sentido casi arquitectónico en la construcción de los solos. Duran­te un tiempo, el estilo de Hawkins se convirtió en la única forma de tocar el saxofón, hasta el punto de que cuando, a mediados de los treinta, apareció Lester Young con su estilo gracioso, elegante e intensamente rítmico, pa­reció una blasfemia contra las Sagra­das Escrituras. Sin embargo, el errático pensamiento musical de Lester y su enfoque ligero y reposado prepararon el terreno para avances posteriores.El músico de jazz más influyente después de Louis Armstrong fue un saxofonista alto, Charlie Parker (1920-1955). Con él los saxofones, como fa­milia, tomaron el papel de principales agentes de toda innovación en jazz. John Coltrane (1926-1967) y Ornette Coleman (n. 1930), al tenor y al al­to respectivamente, han ejercido una enorme influencia en todos los estilos saxofonísticos surgidos después de que ambos aparecieran en escena en los años cincuenta. Coleman algo más tar­de que Coltrane.


De Jazz A-Z de Peter Clayton & Peter Gammond

La familia de los saxos (Segunda Parte)

Los principales miembros de la fami­lia, de más agudo a más grave, son: el soprano, en Si bemol; el alto o contral­to, en Mi bemol: el tenor, en Si bemol, y el barítono, en Mi bemol. Por encima del soprano está el sopranino (usado con regularidad por Art Themen y no muchos otros más): en el extremo infe­rior está el saxo bajo, más raro hoy que en los años veinte, aunque se puede encontrar de vez en cuando: Harry Gold (n. 1907) lo tocaba habitualmente, pero el más famoso intérprete de sa­xofón bajo fue Adrián Rollini (1904-1956). En medio de la gama se encuen­tra el saxofón en Do, o C-melody saxophone, de tesitura entre el alto y el tenor. El multi-instrumentista Frankie Trumbauer (1901-1956) se centró sobre todo en este saxofón, inspirando con su sonido ligero y flotante el estilo con que luego Lester Young (1909-1959) tocaría el tenor. Al oído, el C-melody es semejante al alto, pero de aspecto se asemeja al tenor, ya que tiene la carac­terística curva entre la boquilla y el cuerpo. Parte de la atención extramusical que ha provocado el saxofón se debe a su forma. El sopranino es recto y el soprano suele ser más recto que curvo, pero a partir de ahí vienen los tubos curvados que tanto han inspirado a los dibujantes (a veces inadecuadamente), y que tanta respuesta irracional y exa­gerada han tenido entre los escrito­res. Es frecuente que las publicaciones aprovechen gráficamente para escribir «jazz» la forma de «J» que tiene el saxo tenor.

De Jazz A-Z de Peter Clayton & Peter Gammond

lunes, 29 de octubre de 2007

Instrumentos de jazz: el saxo (Primera Parte)


Entre todos los instru­mentos, el saxofón es, en opinión del público y la prensa, uno de los más asociados con el jazz. Esto sucede a pesar de la escasa participación que tuvo el saxo en la primera fase de desarrollo de dicha música y responde a la notoriedad que alcanzó después, en los años veinte. Cuando el saxo desplazó al violín en las orquestas de baile, los oyentes poco versados lo con­sideraron una novedad chocante y una amenaza para la civilización. Unas ci­tas de varios números de Punch del año 1924 puede dar idea de cómo reaccio­naron frente al saxofón los círculos conservadores:


“Los saxofonistas nacen, no se hacen, declara un crítico musical. Quienes se que­jan del descenso de la tasa de natalidad encontrarán consuelo en este gran pensa­miento.”


“Un hombre que robó dieciséis saxofones de una tienda y los fundió fue condenado a un mes de 'prisión. Su conducta, desde luego, es reprensible. Pero podía haber he­cho algo peor.”


“Se dice que un super-sousáfono ameri­cano es el instrumento de metal más grande jamás fabricado. La idea, suponemos, es usarlo para ahogar a los saxofones.”


Cuando se publicaron estos comen­tarios sarcásticos, el saxofón tenía poco más de ochenta años; Adolphe Sax (1814-1894), belga avecindado en París, lo había inventado alrededor de 1840, patentándolo en 1846. Parece que Sax, hombre brillante, imaginativo y orgu­lloso, enfadó tanto a sus rivales, los fabricantes franceses de instrumentos, que incluso sufrió tres atentados. Ya había inventado otro instrumento, el saxhorn, cuando creó la familia de los saxofones, que fue en parte el resultado de la búsqueda de un instrumento ca­paz de redondear el sonido de las ban­das militares. Sax buscaba algo que tuviera el poderío de los metales y la riqueza sonora de las cuerdas. Parece que estuvo bastante acertado, ya que tanto el ejército belga como el francés adoptaron rápidamente el saxofón. El invento tuvo menos éxito en el terreno clásico, en parte a causa de prejuicios académicos contra el propio Sax, y en parte porque, salvo Berlioz, ninguno de los compositores del siglo XIX se sintie­ron atraídos por él. Resulta coherente que fuera una música mestiza, el jazz, la que diera libertad a este instrumento mestizo. El saxofón, como el clarinete, tiene una caña simple y una boquilla. Sin embargo, suele estar hecho de bronce u otro metal, y su tubo es cónico, como el del bugle o la trompa. Como los vientos de madera, tiene llaves que se accionan mediante un complicado sis­tema de varillas y palancas. (continuará)


De Jazz A-Z de Peter Clayton & Peter Gammond

Y Monk pasó por el Galliani...

Una nueva noche de jazz en tiempos de veda electoral... Thelonious pasó por el Galliani en esta cuarta noche de jazz. Ya pasaron Davis, Ellington, Mingus y ahora Monk. Con su cuarteto, típica formación de los '60 de Monk, uno de los más grandes compositores de jazz de la historia, transcurrió la noche del viernes. Monk no es swing, Monk fue bebop, Monk es jazz. Y así pasaron Blue Monk, Round Midnight y otros temas. Con su particular estilo de tocar el piano, aunque a algunos le parezca un toque aburrido (lo hicieron saber), el desgranó cada una de las notas, acompañado por la sobriedad de Larry Gales, Ben Riley y Charles Rouse. Thelonious es clase. Con esa particular manera, Monk nos mostró algo de lo que sabía hacer. El próximo viernes, el cool jazz, el jazz de la Costa Oeste, Chet Baker. Agur.

viernes, 26 de octubre de 2007

Historia/Jazz: Jazz at the Philarmonic


Todos hemos escuchado hablar (o disfrutado grabaciones) de Jazz at the Philarmonic. Pero, ¿qué era JATP? Aquí va lo que nos dicen Peter Clayton & Peter Gammond: era un espectáculo jazzístico ideado por Norman Granz (n. 1918). Granz, montador cinemato­gráfico en los estudios MGM, empezó a organizar en 1940, justo antes de ser­vir en el Ejército de 1941 a 1944, jam sessions con estrellas como Nat “King” Cole, Oscar Moore, Willie Smith, Lester Young, Lee Young y Don Byas. Decidido a continuar esas actividades como complemento a sus trabajos de montador, organizó un concierto en el Philharmonic Auditorium de Los Án­geles el 2 de julio de 1944: allí surgió el nombre Jazz at the Philharmonic.Granz declaró que con aquel con­cierto quería probar que con el buen jazz podían conseguir dinero, no sólo el empresario, sino también los músicos. Quienes le ayudaron a demostrarlo en aquella ocasión fueron Illinois Jacquet, Nat “King” Cole, Joe Sullivan, Barney Bigard, Meade Lux Lewis, Les Paul, J. J. Johnson, Joe Thomas y otros. Su éxito como productor hizo que fuera llamado “El Sol Hurok del jazz” (Sol Hurok fue el principal empresario nor­teamericano de música clásica). Granz mantuvo una firme política contra la discriminación racial, y se negó a pre­sentar conciertos JATP en ciudades en que los públicos eran segregados. En 1949 recibió el premio Russwurm por su contribución a las relaciones entre las razas. Como consecuencia del éxito de aquel primer concierto, Granz llevó su espectáculo en gira por el Oeste de Estados Unidos y Canadá en 1945, pero fracasó comercialmente hasta que los discos grabados por el grupo empe­zaron a venderse, y JATP salió de números rojos. Granz supervisó una película de sus músicos que se titulaba Jammin' the Blues, y que fue candidata al Óscar de la Academia. Como pro­ductor discográfico, publicó sus grabaciones en los sellos Philo y Asch, y después, entre 1948 y 1951, en Mercury. En 1951 decidió controlarlo todo y lanzó su propia etiqueta, Clef, a la que añadió la marca Norgran en 1954. En 1957 reunió ambas en el sello Verve. El conjunto JAPT empezó a hacer giras por Europa a finales de los cincuenta; su primera gira británica tuvo lugar entre el 2 y el 18 de mayo de 1958, con Oscar Peterson, Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, Roy Eldridge, Stan Getz, Coleman Hawkins, Sonny Stitt y otros. Después Granz organizaría giras de JATP por Japón y Australia, y concier­tos de artistas como Oscar Peterson y Duke Ellington. Retirado durante unos años, volvió a la producción de discos a principios de los setenta, con la mar­ca Pablo.

jueves, 25 de octubre de 2007

Ahora sí...hay Thelonious capitán, hay rumbo por un rato

Este viernes sí, este viernes hay Thelonious capitán, hay un rumbo por un rato, como dice Cortázar y tendremos a Monk en versión cuarteto; Charlie Rouse en saxo tenor, Larry Gales en bajo y Ben Riley en batería. Es en Noruega, es en Dinamarca. Es el año 1966. Y es, por supuesto, Thelonious Monk... Thelonious deja caer las manos, escucha un instante, posa todavía un leve acorde con la izquierda, y el oso se levanta hamacándose, harto de miel o buscando musgo propicio a la modorra, saliéndose del taburete se apoya en el borde del piano marcando el ritmo con un zapato y el birrete, los dedos van resbalando por el piano, primero al borde mismo del teclado donde podría haber un cenicero y una cerveza pero no hay más que Steinway & Sons.... El viernes 26 de octubre a las 22:00 los esperamos en el Galliani, para disfrutar a Thelonious...

lunes, 22 de octubre de 2007

Agenda/Jazz: Cuartoelemento presenta Alquimia

Cuarto Elemento presenta su segundo cd grabado en vivo en "Ciudad Vieja", La Plata, durante el 2007 el martes 30 de octubre a las 21:00 en el Teatro Presidente Alvear (Corrientes 1659). Entradas a dos pesos, pero se recomienda sacarlas con anticipación. En venta desde 15 días antes del concierto. El Cuarto Elemento son Horacio López en batería, Matías Gonzalez en bajo, el Mono Inzaurralde en flauta travesera y Néstor Gómnez en guitarra. Visiten su sitio en http://www.cuartoelementoweb.com.ar/